Panorama
Tanto tiempo sin escribir, ya no sé por donde empezar para ponerme al día. Obviamente he visto una avalancha de películas sobre las cuales no escribí. Sin ir más lejos, esta noche voy junto a mi nueva partner cinematográfica (mi abuela) a ver "Mujer Infiel", basada en un fragmento de una novela de John Irving. Me encanta John Irving. Leí "El Mundo según Garp" en inglés y de ahí para adelante lo idolatro (no vi la peli). En fin. Para redondear todo esto, voy a hacer un resumen del año cinematográfico con un premio inventado, no sé qué nombre usaré para bautizarlo, pero de lo que se va a tratar es de comentar las pelis chilenas y elegir la mejor, el mejor actor, el mejor dire de foto, etc. Sólo me falta ver "Mi Mejor Enemigo" para cumplir mi cometido. Todos los demás estrenos del año ya los vi.
Hace poco, trabajando para los documentales sobre música, me tocó ver un documental llamado "El Regreso". Es una producción Filmocentro del año 84, dirigida por Joaquín Eyzaguirre, en la que se narra una breve visita a Chile de Isabel Parra, quien por esos años vivía en París exiliada y recibió un salvoconducto por un mes. El documental es cinematográficamente pobre. Tiene una narración permanente de Isabel Parra, a veces en pantalla a veces en off, y un montaje lamentable repleto de fundidos. Los textos de Isabel Parra son buenos, pero obvios.
La gran gracia del documental es justamente lo que documenta: la intimidad del clan Parra, encabezado por Nicanor, con una Isabel melancólica y guapísima, Lalo y Roberto, Angelito con 17 años, en fin, una maravilla de imágenes. Hay varios momentos sencillamente notables: Lalo y Roberto cantando a dúo "Mijita y yo" en el living de la casa, con Isabel apoyando y Nicanor llevando el ritmo en el brazo del sofá a un evidente destiempo. En otro momento, Nicanor se suma y agarra la guitarra, aunque entre tanto virtuoso es difícil decidir si lo hace bien o mal. A cualquiera se la paran los pelos escuchando a Nicanor decirle a su familia que ha escrito un poema en no sé qué casa. De zopetón empieza a recitar "El Hombre Imaginario" y todos se quedan callados, de hielo, atentos y la cámara panea en planos cerrados de cada uno de los presentes, Lalo, Roberto, Isabel, se me rompió el corazón en esa parte. Y finalmente, Isabel canta un tema para cerrar, paradita junto a una pandereta en el patio, acompañada por un jovencísimo Angelito pelucón y con zapatos Hush Puppies de gamuza y también toca otra chica que no se quién será. La voz de esa mujer y su aura eran la de un ángel. Me enamoré de Isabel Parra.
Fue gracioso leer los créditos del documental, lleno de nombres conocidos. Además de Eyzaguirre, figuraban Tatiana Gaviola (montaje), Pito Álvarez y Pito jr. (luces), Marcos de Aguirre (sonido directo), Miguel Hormazábal (cañista). Me traté de imaginar como sería la vida de toda esa gente en aquellos años, los vericuetos que debe haber sido tratar de filmar cualquier cosa. De alguna manera que el documental no saliese nunca a la calle y se quedara siempre en la casa familiar de los Parra era un acierto. Pero reconozco que me dieron ganas de ver el material original, que según sospecho, podría tener más brillo que el documental mismo.
Hace poco, trabajando para los documentales sobre música, me tocó ver un documental llamado "El Regreso". Es una producción Filmocentro del año 84, dirigida por Joaquín Eyzaguirre, en la que se narra una breve visita a Chile de Isabel Parra, quien por esos años vivía en París exiliada y recibió un salvoconducto por un mes. El documental es cinematográficamente pobre. Tiene una narración permanente de Isabel Parra, a veces en pantalla a veces en off, y un montaje lamentable repleto de fundidos. Los textos de Isabel Parra son buenos, pero obvios.
La gran gracia del documental es justamente lo que documenta: la intimidad del clan Parra, encabezado por Nicanor, con una Isabel melancólica y guapísima, Lalo y Roberto, Angelito con 17 años, en fin, una maravilla de imágenes. Hay varios momentos sencillamente notables: Lalo y Roberto cantando a dúo "Mijita y yo" en el living de la casa, con Isabel apoyando y Nicanor llevando el ritmo en el brazo del sofá a un evidente destiempo. En otro momento, Nicanor se suma y agarra la guitarra, aunque entre tanto virtuoso es difícil decidir si lo hace bien o mal. A cualquiera se la paran los pelos escuchando a Nicanor decirle a su familia que ha escrito un poema en no sé qué casa. De zopetón empieza a recitar "El Hombre Imaginario" y todos se quedan callados, de hielo, atentos y la cámara panea en planos cerrados de cada uno de los presentes, Lalo, Roberto, Isabel, se me rompió el corazón en esa parte. Y finalmente, Isabel canta un tema para cerrar, paradita junto a una pandereta en el patio, acompañada por un jovencísimo Angelito pelucón y con zapatos Hush Puppies de gamuza y también toca otra chica que no se quién será. La voz de esa mujer y su aura eran la de un ángel. Me enamoré de Isabel Parra.
Fue gracioso leer los créditos del documental, lleno de nombres conocidos. Además de Eyzaguirre, figuraban Tatiana Gaviola (montaje), Pito Álvarez y Pito jr. (luces), Marcos de Aguirre (sonido directo), Miguel Hormazábal (cañista). Me traté de imaginar como sería la vida de toda esa gente en aquellos años, los vericuetos que debe haber sido tratar de filmar cualquier cosa. De alguna manera que el documental no saliese nunca a la calle y se quedara siempre en la casa familiar de los Parra era un acierto. Pero reconozco que me dieron ganas de ver el material original, que según sospecho, podría tener más brillo que el documental mismo.