Dieciséis

El 16 de agosto empieza el rodaje de mi película. No falta mucho. Con algún retraso respecto del calendario que habíamos diseñado, la semana pasada empecé a leer el guión con el elenco. Al principio tuve la ilusa intención de reunirlos a todos a leer. Pero mi guión tiene tantos personajes y por ende tantos actores que el solo hecho de invitarlos un día a todos a cenar fue un lío de coordinación. Hay que sacar un MBA para administrar a un elenco grande como éste.
Es divertido lo que pasa con los actores cuando uno va avanzando en el proceso de hacer una película. Al principio tienes los que te tincan, digamos una lista que puede llegar a tener hasta 4 o 5 actores para cada rol. Luego la cosa se va depurando. Si las circunstancias lo ameritan se realizan audiciones. Siempre que puedo evitarlas, las evito. Me doy cuenta que para ellos no es agradable. Igual terminé audicionando para la mayoría de los protagónicos de la peli y varios secundarios. En el caso de un rol llegamos a hacer 2 vueltas.
Por más que a uno le guste un actor para un rol siempre ocurre al principio que cuesta hacerse la idea que el personaje, ese ser abstracto que uno mismo escribió, ahora tiene que acogerse a las limitaciones de un ser humano concreto. Casi nunca el actor viene con todas las cualidades que uno soñó y como toda decisión, siempre puede haber una cuota de pérdida. Pero si las cosas salen bien, poco a poco el actor empieza a habitar el personaje, hasta llegar a un punto en que uno como director no puede ni siquiera concebir la idea de cambiarlo.
Hoy estuvimos leyendo con Iván Álvarez de Araya, Álvaro Rudolphy y Rosa Calderón. Ayer vinieron Valentina Vargas, Héctor Morales y Paola Lattus. Mañana empiezo a ensayar con Samuel González y Gregory Cohen. Es decir, voy a parar a los actores de la mesa y empezaremos a hacer la escenas, viendo que las intenciones, el ritmo y los movimientos cuajen. Todavía no decido si darle con cámara, pero es una posibilidad. En mis últimos dos cortos trabajé con storyboard y generalmente al ensayar yo me iba ubicando en la escena desde donde creía que iba a mirar la cámara. Esta vez entre que Mirko, mi dibujante habitual, está en Australia y no hay mucho presupuesto, terminé haciendo los dibujos yo, o sea, unos monos horribles a un costado del mismo guión. Igual funcionan como pude constatar en mi visita a locaciones de la semana pasada con Waldo, el asistente de dirección.
Hacía un frío polar en Valdivia y qué decir en Antillanca.
Como sea, creo que las cosas van avanzando tranquilas de aquí al 16. No es que el tiempo sobre, pero tampoco hay ansiedad.