Congo en vivo

Una vez mas sin enhes ni acentos, gentileza del sponsor oficial> apple store.

Ultimo dia en Chicago. Ayer fue la segunda pasada de "XX" y estuve realmente buena. Sala llena, hartas preguntas en el Q&A y creo que genuino gusto con la peli. Cuando termino la proyeccion, sali caminando al metro y parti a Wicker Park, a dar una vuelta y con la meta de ver a una banda del Congo llamada Konono No. 1. La cosa es que llegue al sitio donde tocaban y ya habia una cola en la puerta, porque las entradas estaban agotadas, asi que me quede ahi y no hubo mayor paseo. En la cola me hice amigo de un pendejo como de 22 que segun me conto ve 3 shows en vivo a la semana y es casi lo unico que hace (aparte de trabajar en un almacen, al mas puro estilo "Clreks" de Kevin Smith). Nos tomamos unas chelas en la espera y la gente empezo a llenar el recinto. Cuando los tipos se subieron al escenario ocurrio algo surrealista: un mexicano aparecio entremedio del publico gritando: tamales, jefes, asi caradura en perfecto espanhol. Lo unico que decia en ingles era: five dollar. Aproveche de cenar junto con los primeros temas de la banda, que fue presentada en frances por un tipo con pinta de manager mafioso.
La banda era una combinacion de sonidos tradicionales (principalmente percusion) y unos instrumentos electricos artesanales que sonaban como pianitos o algo asi, pero la verdad no logre comprender lo que eran. Sonaba bien y vaya si tenian ritmo. El frontman vestido con frack y jockey no soltaba su sonrisa contagiosa y la chica de los coros era una senhora de unos 50 que sabia bailar. Kyle, el pendex del almacen (que ya tenia el disco de la banda), me conto que estan en el nuevo disco de Bjork. De verdad, tenian una energia increible y sonaba algo bien unico y raro. La masa bailaba todo el rato, arrastrandolo a uno en todas direcciones.
Cuando sali de la tocata, habia empezado a llover. Aunque tenia planeado volver en bus o metro, estaba un poco perdido, a la ida habia caminado demasiado, sin contar las cervezas y el cansancio de un largo dia, asi que tome un taxi hasta mi hotel que felizmente me salio solo 10 dolares.
Esta manhana ya no paro mas la lluvia y los rascacielos tienen unos honguitos de nube en la punta que los aparecer infinitamente altos. Muy poetico, por cierto, pero habia dejado para hoy mi whisky en el bar del Hancock Building, el que en las actuales circunstancias se vuelve un plan un poco tonto, o aun mas tonto si se quiere. Queda pendiente.