Tardes de Cine

Ficciones, Mentiras e Ilusiones Ópticas de la Vida Real

5.4.06

Bailarin

Fue lindo ver bailar a mi amigo Pabo Bello el otro día en el Teatro Víctor Jara de la Plaza Brasil (no confundir con el ex Estadio Chile). Este ex compañero de la escuela de sociología se viene dedicando a la danza hace algunos años, a la vez que patiperrea por el mundo. Primero estuvo en Nueva York, luego en Ginebra, de vuelta en Nueva York, luego México, Cuba y ahora Venezuela.
Ocurre que la compañía con la que baila en Caracas, está haciendo una gira por Chile. Para muchos de los amigos de Pablo e incluso para sus familiares, era la primera vez que lo veríamos en acción. Algo así como la mitad del público éramos sus fans, pero también estaba el público de danza habitual. De hecho estaba Pato Bunster sentado en primera fila y aplaudía con entusiasmo al final de la presentación.
Pablo estaba visiblemente nervioso, un poco como un niño que debuta en la obra del colegio y toda la familia lo fue a ver. Esto obviamente no impidió que pudiese demostrar sus enormes avances y el talento adquirido durante años y años de práctica. Fue emocionante verlo bailar tan bien y doblemente al darse uno cuenta de lo importante que era para él esa presentación.
Al final, todos lo rodeamos para felicitarlo y había una onda como de matrimonio o de guagua recién nacida, con el novio o el padre del bebé al centro, concitando la atención.
A veces pienso que a mucha gente de mi generación (me incluyo yo mismo, Pablo Bello y varios otros personaje de nuestro circuito universitario de aquellos años) le pesó el momento histórico en que crecimos, haciéndonos sentir la obligación de optar por carreras que fuesen en forma obvia "un aporte a la sociedad", al menos según los estándares de aquellos tiempos. Hasta más grandes, ni siquiera concebimos otras opciones menos tradicionales, lo que nos obligó a inventarnos unos retorcidos desvíos para cambiar de giro a la salida de la universidad.
Creo que los adolescentes actuales se tiran a la piscina que más les gusta y sin titubear tanto, pero también es muy posible que yo esté equivocado. Igual amplía los horizontes estudiar una cosa y dedicarse a otra. En fin, ¡salud por Pablo Bello!

2 Comentarios:

  • At 4:48 PM, Blogger Señorita No said…

    Gracias por comentar en mi blog. A mi también me gustó el tuyo y que te hayas inventado un retorcido destino para cambiar de giro. Hacer lo que todos esperan de ti siempre es una lata.
    Saludos
    Señorita No

     
  • At 11:22 PM, Anonymous Anonymous said…

    ..me tiré a la piscina...sin titubear tanto.
    no me arrepiento, tal vez la época, las incertidumbres, las ganas de querer hacerlo todo.
    Por ahora debo reconocer que un nuevo desvío, ampliar horizontes.
    no es malo, en absoluto...
    tan necesario como ver cada día, donde brilla el sol.

     

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