Tardes de Cine

Ficciones, Mentiras e Ilusiones Ópticas de la Vida Real

28.5.05

Ilustre

Sábado y en la oficina una vez más. Anoche estuve en los asados populares de los chicos de Casagrande. Además de los dueños de casa, se presentaron un grupo de poetas surrealistas liderados por mi viejo amigo Roberto Yáñez (yo que pensaba que los surrealistas se habían terminado mucho antes de la llegada de este siglo, pero por lo visto siguen existiendo y funcionan como comunidad a nivel mundial gracias a internet), una ex de mi amigo de universidad Víctor Fajnzylber a quién me costó reconocer, los cineastas Sebastián Campos y Fernando Lavanderos, quienes trabajan en la misma oficina que yo, acompañados de sus pololas Úrsula y X, Javier Sanfeliú de Radio Concierto, Adán Méndez con otro poeta que se llama Kurt no sé cuanto, Blanca Lewin con un pinche más guapo que ella y un loco apellido Salinas que yo ubicaba de vista de cuando tocaba en una banda llamada Sonora Kiltraza, que ahora resulta que trabaja en 31 Minutos y es ni más ni menos que la voz detrás del inefable Juanín Juan Harry, y unas cuantas chicas cuyos nombres ignoro las cuales bailaban ritmos tropicales alrededor de Julio en el momento en que decidí desertar a la una de la mañana y 34 minutos. En el papel, esto suena muy taquillero, pero la verdad es que el ánimo estaba lento, un poco bostezón, desintegrado y muy viernes por la noche tras una larga semana, en fin, con la misma vitalidad de un museo de cera.
El lunes empiezo a dirigir la serie sobre música chilena y debo estudiar, escuchar unas cuantas canciones, compenetrarme con los temas. Ese día parto entrevistando a Cuti Aste, Galvarino de la Batuta, Benjamín Mackenna de Los Huasos Quincheros, que según he aprendido, se llamaban Los Quincheros desde los años 30 y no tenían la etiqueta política obvia que todos les asociamos hoy, y para rematar un señor muy docto llamado Luis Merino, con quién charlaremos de música clásica: nombres como Fernando García, Gustavo Becerra, Domingo Santa Cruz, ilustres desconocidos, en el buen sentido de la palabra ilustre y de la palabra desconocido.

1 Comentarios:

  • At 11:50 AM, Anonymous Anonymous said…

    Hay un momento crítico que marca el destino de un asado. De ahi en adelante la fiesta deviene en fiesta o en conversacion trasnochada. Tú, por gil, te fuiste en ese momento. Después vino un tremendo bailable. Atina la prox vez.

     

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