Cantar, bailar, reir
Esta mañana partió bien en Iquique: salió agua caliente de la ducha de mi hotel. ¡Maravilloso! Tras una pasada breve por las viejas salitreras de Santa Laura y Humberstone registrando geografía, llegamos cerca de mediodía a La Tirana. Hoy era el gran día. A la 1 ya estaba lleno de gente bailando como condenados al ritmo de os bronces y los tambores. Cuando más entré en la onda de los bailes, más parecido me pareció a una fiesta tecno. Música monótona, baile repetitivo hasta llegar al trance, onda pagana, mucha brillantina. Lo único que cambiaba era el grupo socioeconómico de los bailarines. Chistes aparte, era muy emocionante obsrvar el fervor que los bailarines le ponían a su cuento. Hay gupos con vestuarios de diablos (los más conocidos), pero también de gitanos, de chunchos, de zambos y de pieles rojas. Estos últimos por influencia de las películas del oeste. Amigos, hablo muy en serio. Al parecer esta fiesta surgió alrededor de las mismas salitreras que visitamos en la mañana y los bailes chinos en que se basan, fueron traídos al norte por los obreros del salitre. El orígen estaría en la región de Valparaíso.
Entrevistamos a una familia de un baile gitano, un caporal (literalmente el capo de un baile, que es como se les dice a las agrupaciones), unos estudiantes que ensayaban por videoconferencias y sitios web, y un experto que jugaba para la iglesia. En los últimos diez años la iglesia ha hecho un esfuerzo concertado por apropiarse de esta fiesta. Hoy por primera vez, un cardenal (Errázuriz) se hizo presente y llegado el momento se montó una amplificación arrolladora desde el templo que casi silenció a los tambores. El experto admitía con orgullo que habían conseguido que todos los bailes tuviesen vírgenes con los colores "oficiales" de l vírgen del carmen y ya nadie le pintaba los labios a las figuritas de la vírgen.
Nos vinimos felices de regreso a Iquique y en la van nos pusimos a cantar. Yo no tengo vergüenza, pero cero voz. Lo notable fue que el conductor del programa que es músico, me enseñó a cantar con el estómago. Su método fue preciso: "haz fuerza como si fueras a cagar y ahí canta". No si fue algún pensamiento perdido que me escuchó la vírgen, pero por el amor de Dios pude cantar. Antes una sola vez, borracho en un karaoke londinense, canté bien por accidente y fui aclamado por cientos de otros borrachos, en su mayoría negros, que cantaban Sinatra, Michael Jackson y Diana Ross. Los demás pasajeros de la van (sonidista, productora, chofer, cámara) iban chatos con mi tardíamente descubierto talento. Voy a llamar a mi chica y le voy a cantar una serenata por celular.
Entrevistamos a una familia de un baile gitano, un caporal (literalmente el capo de un baile, que es como se les dice a las agrupaciones), unos estudiantes que ensayaban por videoconferencias y sitios web, y un experto que jugaba para la iglesia. En los últimos diez años la iglesia ha hecho un esfuerzo concertado por apropiarse de esta fiesta. Hoy por primera vez, un cardenal (Errázuriz) se hizo presente y llegado el momento se montó una amplificación arrolladora desde el templo que casi silenció a los tambores. El experto admitía con orgullo que habían conseguido que todos los bailes tuviesen vírgenes con los colores "oficiales" de l vírgen del carmen y ya nadie le pintaba los labios a las figuritas de la vírgen.
Nos vinimos felices de regreso a Iquique y en la van nos pusimos a cantar. Yo no tengo vergüenza, pero cero voz. Lo notable fue que el conductor del programa que es músico, me enseñó a cantar con el estómago. Su método fue preciso: "haz fuerza como si fueras a cagar y ahí canta". No si fue algún pensamiento perdido que me escuchó la vírgen, pero por el amor de Dios pude cantar. Antes una sola vez, borracho en un karaoke londinense, canté bien por accidente y fui aclamado por cientos de otros borrachos, en su mayoría negros, que cantaban Sinatra, Michael Jackson y Diana Ross. Los demás pasajeros de la van (sonidista, productora, chofer, cámara) iban chatos con mi tardíamente descubierto talento. Voy a llamar a mi chica y le voy a cantar una serenata por celular.
Mejor cágate... pero no cantes por favor!