Tardes de Cine

Ficciones, Mentiras e Ilusiones Ópticas de la Vida Real

5.6.05

Domingo

Van a ser las 10 de la noche, es día domingo y estoy en la oficina. De consuelo hay que destacar que, amedentrados por nuestra socia dominatrix quien amenazó con no presentarse más en la oficina si no comprábamos una estufa, hemos adquirido el mentado electrodoméstico, literalmente eléctrico, lo que ha descongelado nuestras mentes y manos.
Mañana voy a seguir con los documentales musicales, esta vez acompañado en la cámara por José Luis Torres Leiva, el Tarkovsky chileno. No bromeo. Tiene un cortometraje llamado Obreras Saliendo de la Fábrica que pude ver en la sala de montaje de Filmosonido, donde se monta mi proyecto doc-fic "Hotel", y es muy elegante. Aunque es director, está feliz de hacer la cámara. El proyecto está cada vez mejor. El viernes entrevistamos a un viejito llamado Pedro Mesías y a Fernando Ubiergo. Pedro Mesías fue pianista de "La Pérgola de los Flores" y acompañó las giras europeas de Antonio Prieto cuando era actor de cine y de los hermanos Gatica por Europa. Una dulzura el caballero. Al principio no quería ni hablar, pero después se fue entusiasmando, pasó al piano, rememoró viajes y terminó lamentándose que no entendió que íbamos con cámara, si no se habría puesto su smoking.
Ubiergo se embaló contándonos como la dictadura lo presionó para figurar en actos pro-pinochetistas y la censura de su disco con temas de Víctor Jara, liderada ni más ni menos por Benjamín Mackenna, de los Huasos Quincheros. En un momento su actitud pasó a ser casi defensiva, lo que es loco, porque nunca partimos por acusarlo de facho ni mucho menos, pero supongo que sintió la necesidad de defender su honor. Después contándole esto a mi hermana me dijo que ella estaba convencida que Ubiergo, que a todo esto, estudió sociología en la Chile, era facho. Como sea, antes del tema de Viña, que lo retuvo hasta hacer peligrar una entrega de galvano que le tocaba presidir por ahí, habló de Luis Advis y se emocionó casi hasta las lágrimas. Poco antes de morir, Advis estaba en cama rodeado por sus hermanos y sus amigos, los miró a todos y les preguntó: ¿qué estamos esperando? Todos se quedaron callados. Un misterio. A los pocos días, Ubiergo le preguntó qué pensaba que venía después de la muerte. La respuesta de Advis, que Ubiergo prefirió no dar en cámara, fue simple: la inexistencia.
Quien viene de regreso de la inexistencia inmediata, por haber estado viviendo en Europa, es mi amigo Anton. De los pocos que me quedan de la época colegial. Ayer hubo un cocimiento en su casa y estuvieron varios personajes del colegio alemán: aparte de Anton, la Karin Eggers, que vivió en Alemania con un rockero un par de años, La Francisca Tag, que fue mi polola en cuarto medio, y su hermano Fernando, la Tiarella, la Marina. El hijo de mi novia andaba con impulsos de centro de mesa. Después de pegarme un par de combos maleteros y dar vuelta la Fanta en la alfombra, se puso a conversar con unas niñas más grandes que él que eran hijas de algún otro invitado. Esto era pasadas las doce de la noche y el susodicho tiene cuatro años. Les decía que yo era el pololo de su mamá, pero que hacía unas películas muy tontas.

3 Comentarios:

  • At 1:16 AM, Blogger El señor K. said…

    Ubiergo siempre fue facho, nada que alegar. Eso lo supe de chiquitito, de una vez que fui a un acto de la secretaría de la juventud y él lo más bien abrazaba a la Lucía Jr.

     
  • At 12:08 PM, Anonymous Anonymous said…

    ahora po´, harta gracia que te hace el susodicho, poque es chico y no puede defenderse lo utilizas y lo dejas como un pequeño monstruito.
    date con una roca en los dientes que no te saque a combos maleteros de mi cama.

     
  • At 9:18 PM, Blogger crisis said…

    mírenla como se pone cuando le tocan a su cachorrito. éste debe ser uno de los primeros episodios de violencia virtual intrafamiliar que se documentan en la historia del país.

     

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