Tardes de Cine

Ficciones, Mentiras e Ilusiones Ópticas de la Vida Real

7.2.06

Cineteca Nacional

Era domingo en la noche. Hace tiempo que tenía ganas de ir a conocer la flamante Cineteca Nacional. Ni en mis peores pesadillas pensé que la cosa iba a terminar tan mal y que me iba a ver en la obligación de escribirle al director de la Cineteca la siguiente carta:

"Estimados Ignacio/Juan José,

Les escribo en su calidad de director y programador de la Cineteca Nacional para contarles la experiencia que tuve en el día de ayer cuando asistí a la Cineteca con intención de ver "María Candelaria" del director Emilio Fernández. Lamentablemente mi primera experiencia en la Cineteca fue un total fiasco y les voy a explicar por qué.
En primer lugar, al llegar al Centro Cultural no había señalizaciones para llegar al cine, por lo que tras varias vueltas dimos con un guardia que nos indicó que bajáremos por la plataforma hacia el cine. Sin embargo, al llegar al cine, nos mandaron de vuelta hacia arriba otra vez, ya que la boletería se encontraba en el mesón de informaciones (a un metro de dónde pedimos indicaciones para llegar al cine).
Compramos las entradas y nos dirigimos al cine. Grande fue nuestra sorpresa al descubrir que la película sería exhibida en DVD y no en 35mm. Junto a mi acompañante decidimos irnos y pedir que nos devolvieran la plata. A partir de ese momento se desató un verdadero carnaval de situaciones desagradables. Le comentamos nuestra decisión a la persona que cortaba los boletos. Éste nos pidió los tickets de vuelta y dijo que debía preguntarle a la encargada del cine. Como el cortador de boletos y la encargada del cine se alargaron charlando, me acerqué y le comenté a la encargada que me parecía que era justo que si las pelis se iban a dar en DVD se avisara en la cartelera como ocurre con centros culturales o bares donde se dan películas en formato distinto al 35mm. Trató de convencerme que el DVD era un formato de proyección profesional, cuando todos sabemos que es un formato casero. Sin contar que el DVD en cuestión era pirateado (tenía un menú hechizo antes del principal). Como no logró convencerme, me lanzó la siguiente reflexión: ¿Y cómo en el cine Alameda se dan películas en DVD?
No seguí discutiendo porque lo que quería era mi plata e irme, pero mientras iba camino a la boletería, no podía dejar de sentir un poco de sorpresa. ¿Es posible que el referente técnico de nuestra Cineteca Nacional sea el Cine Alameda? Todos sabemos que ese espacio pasa por un difícil momento financiero y su infraestructura de proyección está en precarias condiciones materiales. La razón por la cual el Cine Alameda exhibe sus películas en DVD es porque en 35mm se ve mal y se escucha peor. Y por último, si se informara al público que las pelis son en DVD, uno no se ensartaría y no habría ningún problema.
De regreso a la boletería. nos recibe una chica amable quien confiesa que el centro cultural completo es un total caos, porque abrió recién y que la señalética es un desastre por lo cual el libro de reclamos está repleto. Según lo acordado con la encargada del cine, le doy las entradas para recibir mi reembolso. Sin embargo, me pide además unas boletas que venían con los tickets y que mi acompañante sin sospechar este triste desenlace, tiró a la basura. A pesar de que nos hemos hecho notar con el cortador de boletos, la encargada del cine y la chica de la boletería y pese a tener las entradas en la mano, me niegan la devolución del dinero. Investigo en el basurero en cuestión, sin embargo, han corrido los minutos, se ha acumulado la basura, me da asco y me parece injusto tener que ponerme a escarbar en la basura para recibir mi dinero de vuelta. Le explico esto a la chica, le digo que me da asco hurgar en la basura y ella me dice que otra persona tiene que autorizar la devolución del dinero.
Ya han pasado demasiados minutos en este enredo. Mi acompañanate y yo lo estamos pasando mal. Aparecen en escena un guardia, quien escucha toda la historia y habla con un superior equis, quien debe autorizar la devolución del dinero. Este superior equis se niega a devolver el dinero. Le solicito al guardia que por favor llame al superior equis ya que estoy muy molesto con el trato que estoy recibiendo y quiero hacerle un reclamo en forma verbal. El guardia, un señor muy mal educado y muy prepotente, me responde que no puede molestar a ese persona por tonterías y que en ninguna parte se le devuelve la plata a alguien que no está contento con lo que compró. En otras palabras, este sujeto me sugiere que me retire del lugar sin mi dinero y me niega la posibilidad de efectuar el reclamo como corresponde.
En este punto, sintiéndome objeto de un abuso confieso haber perdido la paciencia. Normalmente este tipo de situaciones pasan en Ripley o en los bancos o las isapres. No es lo que uno espera de la Cineteca Nacional, un espacio cultural que pertenece a todos los chilenos, al cual me dirigí con el mejor de los ánimos a ver películas que es lo que más me gusta en la vida. Puse un reclamo por escrito y me dirigí al basurero dispuesto a darlo vuelta hasta dar con las famosas boletas. Insisto en el asco por la basura por una última vez con los encargados, pero el guardia más bien parece estar contento de ejercer su autoridad y se mantiene duro. Me dirijo al basurero y con la ayuda de mi acompañante hurgo en la basura hasta dar con las malditas boletas. Como en este punto no termino de dejar el basurero en forma, aparece misteriosamente la persona equis en cuestión, ¿acaso alertada por el guardia? No lo sé, pero sólo puedo decir que tras preguntarme qué pasaba, me tomé el tiempo de explicarle toda mi horrible experiencia con toda calma. Esta persona comprendió que había un problema y me ofreció algo así como unas disculpas.
Con mi plata de vuelta salgo a la Alameda, enrabiado y apenado.
Pensando en la cadena de acontecimientos me parece difícil creer que fui yo el que estaba teniendo un mal día. Me cuesta pensar que uno pueda pasar por un mal rato así en el Hoyts o en el Normandie o en el mismo cine Alameda, donde a lo mejor hay precariedad material, pero una actitud positiva y respeto hacia el público.
Inicialmente, pensé enviar esta carta al diario, pero cuando vi quienes eran los responsables de la Cineteca decidí escribirles directamente. Después de todo, somos parte de la comunidad cinematográfica nacional y necesitamos una buena Cineteca. Yo era uno de los más contentos con este proyecto, porque hace tiempo entendí que no contar con una Cineteca era una carencia gravísima para el cine chileno. Tengo claro que la difusión es sólo uno de sus ámbitos de acción, pero me parece que es uno muy impotante. Ojalá que con el paso del tiempo, estos asuntos mejoren y quizá un día yo mismo vuelva a tener el ánimo y el valor de volver a intentarlo.

Saludos,
Crisis"

Por lo visto, la carta no pasó en banda. Ayer me llamaron disculpándose Juan Ulriksen, el programador de la Cineteca, y Morgana Rodríguez, coordinadora del Centro Cultural La Moneda. Finalmente, uno perdona muchas cosas por ver una buena película, si se trata del Normandie (donde pican las pulgas y hace frío) o el Alameda (donde la proyectora está rota), pero en la Cineteca Nacional yo creo que uno debe esperar otra cosa. Imposible no pensar en todos los detractores que decían que esto era un capricho de Lagos y que debía ponerse el dinero en el Bellas Artes y dejarlo pulento. Ojalá en un futuro no muy lejano, estemos orgullosos de la cineteca.

1 Comentarios:

  • At 3:41 PM, Anonymous Anonymous said…

    Bien hecho, colega. Hay que defender los derechos del espectador (ex-pectador).
    Si Ud fuera de las UDI armaría una casadeputas soberbia, pero como no les da oportunidad a esos desclasados, manténgase firme, peleando directamente con los responsables.
    Animo, colega.

     

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