Salud
Éste ha sido un fin de semana clínico. Primero ocurrió que fui a tomarme un examen de sangre el sábado en la mañana. En mi isapre me dieron la dirección de un lugar donde podía tomarme las muestras y hacerme los exámenes gratis si iba de lunes a sábado antes de las 10 de la mañana. Gratis aquí no es muy exacto porque todos los meses pago bastante y nunca me enfermo. Fui al famoso centro médico, en calle Las Bellotas, a dos cuadras de mi casa. Se llamaba Sonorad. Pasé un par de controles, me senté a esperar y aunque había mucha gente en lo mismo antes que yo, me llamaron el primero de todos. La enfermera que me tomó la muestra de sangre me preguntó si yo era Cristián Jiménez Shrek. La miré muy serio y le dije que no, que mi segundo apellido es Scheuch y se pronuncia shoij. Shrek, repitió como para sí misma sin tono de broma. Empuñó entonces la jeringa y tras ponerme un elástico en el brazo al más puro estilo heroinómano escocés, me pinchó la vena. Cómo los exámenes eran dos, me pinchó de nuevo y volvió a succionar. Eso ya me sonaba retro, ahora suelen sacar con unas bolsitas al vacío. En fin. Terminó su pega y me puso un algodón. Luego pegó un parche curita (sin quitar el agodón) y al traspasar la sangre a los frascos volvió a preguntarme: "Es usted Cristián Jiménez Shrek?". Sí, respondí. Era el procedimiento para que no se mezclen los frascos con sangre, supongo. No estaba de ánimo para polémicas.
En la tarde cuando me quité el parche curita me encontré con una gran sorpresa. Mi bracito querido estaba marcado con un moretón redondo de unos 3 cm de radio. Además, adentro del moretón había dos moretones más oscuros, como las marcas de los dientes de un murciélago o algo por el estilo (ver foto más arriba).
Pensé que con la mordida del murciélago ya tenía suficiente, pero después de almuerzo empecé a tener un súbito dolor de espalda. No era una cosa muscular, ni tampoco de hueso. Era como un pinchazo que pasaba por detrás del homóplato izquierdo y llegaba hasta el cuello. La verdad, dolía bastante. Como tengo un viaje al sur en bus pronto, donde voy a trabajar en el rodaje de un mini documental, calculé que si la cosa no mejoraba rápido iba a estar en problemas. Me contacté con un masajista, pero dijo que por mi descripción no era algo solucionable con masaje, que debía ver o un médico o un quiropráctico. Médico sonaba a complicación, radiografías, exámenes y proceso largo, quiropráctico sólo me sonaba de una peli con Steve Buscemi donde un detective neoyorquino pinchaba con su quiropráctica inglesa, la cual le practicaba una especie de llaves de judo con sonido de crack de huesos. El mismo masajista me puso en contacto con un quiropráctico.
Por veinte lucas, el tipo llegó a mi casa un sábado en la tarde, se comportó en forma seria y profesional, me hizo sonar huesos y músculos, me preguntó si tomaba mucho y parecía que sabía lo que hacía. Me parecía un poco sospechoso el hecho de que el tipo oliera a cigarro. Mal marketing para el business de la salud. Justo el tipo me hizo tenderme en la alfombra del living y como no había pasado la aspiradora hace como dos semanas estaba lleno de migas. Por otra parte, tendido sobre la alfombra, mientras me relajaba para que el tipo me acomodara dos vértebras, encontré sobre la alfombra un aro con forma de araña, perdido hace un mes. Además me drenó la vegija metiendo sus dedos detrás de las costillas, me dijo que como el lado del problema era el izquierdo todo se debía a estrés emocional (existe el estrés racional?) y diagnosticó el orígen de todos mis problemas: una lesión en el tobillo. De ahí para arriba todo estaba torcido, como una reacción en cadena.
Cuando el tipo se fue me sentí mejor, pero hoy empezó a dolerme de nuevo, así que llamé a mi viejo que es médico y le conté la experiencia. Me dijo que la teoría del tobillo le pareció una especie de neofreudianismo traumatológico y que una vez fue donde un yerbatero que le dijo que su dolor de espaldo era por un problema urinario, que el truco consistía en cambiar el foco para parecer creativo (think out of the box, lo llaman los gringos) y que por último, la fe es importante en cualquier proceso de curación. Como sea, escéptico como estoy, se me pasó el dolor bastante, ya no sé si fue el quiropráctico o la fe o si se me iba a pasar solo de todas maneras. Lástima que ayer cuando vi "Old Boy" en la noche, el dolor de espalda me impidió concentrarme y pasé confundido la mitad de la peli.
Nada tan terrible como mi experiencia de hace un rato en la cineteca nacional. Eso sí que fue patológico. Esa historia merece su propio posteo.
Yo creo q el verdadero problema está en la alfombra de tu casa. Será mejor que pases la aspiradora hermano (con todo respeto).
hhxiame : verificacion de palabras
xfalcw: ok