Medianoche (casi)
La lluvia de hoy no me afectó gran cosa, ya que al Transantiago recurro apenas en mis actividades extraprogramáticas y algún movimiento irregular (mi casa y mi oficina quedan muy cerca). Tuve el gusto de charlar con Nacho Agüero en mi oficina un rato cuando pasó a firmar el contrato que nos permite distribuir su gran corto "Como me da la gana" de 1985. Le pregunté como había sido su experiencia filmando con Ruiz. En este caso filmando quiere decir filmando como actor y es un tema que me preocupa ya que acepté estar en un videoclip y por supuesto desde el momento en que acepté (en una fiesta) hasta ahora, cada vez me da más susto la idea y me cambian el guión y ya no es cierto que no habrá actores profesionales, en fin. Contó que básicamente Ruiz se encarga de que el set sea divertido y hace casi todo a la primera. Notable. Pese a los tiempos digitales que corren, soy de los que se oponen a la política de disparar cintas y cintas, porque no cuestan mucho, para después provocarle un infarto al montajista cuando te ve llegar con el material para que lo revise. Siempre he tenido la impresión de que el mismo Nacho Agüero es de los que filma poco y aproveché de preguntárselo. Me dijo que sí, pero que no era por ahorrar.
Una de las cosas nuevas que han ocurrido esta semana (aparte de que retomé mis clases en la Universidad Tecnológica), es que volví a ir al gimnasio. Me cambié del Hotel Neruda, que subió el precio y recortó los horarios. Y me inscribí en el Club Spa Providencia. Mucho mejor. Lo malo fue que casi naufragué intentando completar 1000 metros en la piscina. Lo divertido fue que al otro lado del cristal, ni más ni menos que el Chino Ríos estaba jugando. Al principio cuando lo vi pensé: pobre huevón, se viste y se corta el pelo igual que el Chino Ríos. No pues, era el mismísimo.
Volví a ver Melinda y Melinda en DVD. Me gusta esa peli. También recordé mis 12 años en la tocata de los Pet Shop Boys y ahora mismo hago hora esperando que mis amigos Luna y Adrian retornen hacia los barrios civilizados (anda en La Dehesa o por ahí), para tomarnos una copa y despedirla antes de su regreso a Camberwell Grove, la calle donde hasta hace 4 años solíamos ser vecinos. Espero que consigamos empezar la velada antes de la medianoche.
Una de las cosas nuevas que han ocurrido esta semana (aparte de que retomé mis clases en la Universidad Tecnológica), es que volví a ir al gimnasio. Me cambié del Hotel Neruda, que subió el precio y recortó los horarios. Y me inscribí en el Club Spa Providencia. Mucho mejor. Lo malo fue que casi naufragué intentando completar 1000 metros en la piscina. Lo divertido fue que al otro lado del cristal, ni más ni menos que el Chino Ríos estaba jugando. Al principio cuando lo vi pensé: pobre huevón, se viste y se corta el pelo igual que el Chino Ríos. No pues, era el mismísimo.
Volví a ver Melinda y Melinda en DVD. Me gusta esa peli. También recordé mis 12 años en la tocata de los Pet Shop Boys y ahora mismo hago hora esperando que mis amigos Luna y Adrian retornen hacia los barrios civilizados (anda en La Dehesa o por ahí), para tomarnos una copa y despedirla antes de su regreso a Camberwell Grove, la calle donde hasta hace 4 años solíamos ser vecinos. Espero que consigamos empezar la velada antes de la medianoche.