Tardes de Cine

Ficciones, Mentiras e Ilusiones Ópticas de la Vida Real

22.2.07

Violencia deportiva

Anoche tuve otro sueño pelacable. Esta vez fue una historia violenta. Estaba viendo un partido de fútbol en el campo. La típica pichanga de tarde. Yo con otra gente mirábamos el partido desde una lomita al borde de la cancha, que eran unos arcos de madera improvisados en una pampa. Lo curioso es que todos los jugadores eran a la vez muy gordos y muy ágiles, una cosa un poco animalesca. En algún momento se caldeaban los ánimos y un jugador le ponía una patada grotesca a otro tipo que estaba en el suelo. Después de eso, el agresor saltaba un cerco de púas y huía a campo traviesa, adivinando la cagadita que vendría.
La violencia que se desataba en ese momento era total. Me daba susto y retrocedía algunos pasos, pero luego comprendía que la violencia estaba de alguna manera contenida dentro de los límites del campo de juego. Una mujer que estaba cerca mío se metía a la pelea, defendiendo a alguien o intentando separar, pero le llegaba un combo y se devolvía llorando.

20.2.07

Borat y Gondry

Anoche soñé con Borat. Bien ridículo mi sueño porque ni he visto la peli y además me lo topaba mientras yo iba de vacaciones a Turquía (nunca he ido). Por poco me lo topo en Kazajastán. La cosa es que el tipo era un especie de ilusionista. Lo veía manejando un auto viejísimo y lo empezaba a seguir, pero cuando llegaba hasta una plaza donde Borat estaba premiando a mochileros de distintos países en función del número de muertos que sus respectivos países habían provocado en la segunda guerra mundial, yo y varios otros fans empezábamos a tratar de fotografiarlo y entrevistarlo con camaritas de video. El tipo se urgía y arrancaba corriendo en zancos. La masa íbamos tras de él y tras varias vueltas se metía a un pasaje sin salida. No había escapatoria. Borat subía a una moto y empezaba a andar en zig zag hacia nosotros y de repente cuando ya estaba cerca, la moto perdía el equlibrio y caía al pasto, pero el único pasajero era una guagua y Boarat nos había engañado de nuevo.
A propósito de ilusionista, el francés Michel Gondry hace de las suyas en youtube.

16.2.07

Pasó



En Valdivia pasó la lluvia tras varios días de invierno adelantado. La noche misma de San Valentína se caía el cielo a pedazos como si julio hubiese comenzado en febrero.
Hoy voy a cenar con mi amiga Antonia, compañera desde primera básico en el colegio alemán.

13.2.07

Febrero lluvioso

Aunque estamos en pleno verano, igual llueve en Valdivia y hasta hace un poco de frío. No hay caso con mi ciudad. Funciona a su bola. Creo que es la primera vez en harto tiempo que paso tantos meses sin venir. Desde el 2003 más o menos he venido a cada rato por mis proyectos de cine acá. Siempre es interesante investigar en una ciudad que uno cree conocer tan bien y terminar encontrando lugares para filmar, que aunque en principio podrían parecer obvios, mutan completamente al encuadrarlos o al menos ésa es la impresión con que uno se queda. De tanto haberlos mirado y desde tan chico, parecen neutralizados en la mirada de uno y curiosamente todas sus cualidades resaltan de otra manera al meterlos en cuadro.
Ayer mientras daba una vuelta por el centro echando unos vistazos, me acordaba de la convocatoria de Maza a escribir sobre Violeta Parra a propósito de su muerte hace 40 años. En ese momento ya había ocurrido el terremoto que le cambió la cara a Valdivia. Ya habían pasado los días en que según me contó un relojero belga en el Barrio Regional (cuya casa espero poder usar como locación), la ciudad llegaba hasta la calle Bueras y después todo era bosque.
Una vez escuché que alguien comparaba a Violeta con los hermanos Grimm, diciendo que ella es a Chile, lo que los Grimm son a Alemania. Es una comparación aguda, y creo que va más allá de los métodos comunes de trabajo. Investigar el origen no garantiza el camino a la originalidad, pero supongo que otorga vida. Respiración.
Aunque tengo Violeta hasta en mi computador, su música me recuerda sobre todo a los paseos familiares en los ochenta, cantando a todo chancho con mis hermanas en la parte trasera de un Peugeot 504 beige. Mi mamá haciendo de DJ de una docena de casets que venían en unas cajitas de cuero falso. Llegando a Valdivia por el sur, Santo Domingo, una zona con humedal a ambos costados de la carretera, poco antes del anochecer, antes o después de los Beatles, Demis Rousos o Edith Piaf.

12.2.07

Tendida Mirando Las Estrellas

Éste es un adelanto de la peli de Andrés Racz filmada haca varios años y que tras varios periplos parece que verá la luz este año. Se deja ver la sinopsis y destaca la interpretación de la ministra.

8.2.07

Quitacalzón

Estoy en las afueras de Valdivia en un sector llamado Quitacalzón (no me pregunten por qué). Mientras Seba e Ilán cocinan un pescado, yo sigo con mis roles de productor y guionista virtual en otros proyectos, mandando mails y revisando documentos. Acabamos de pegarnos un chapuzón en el río. A esta altura se llama San Pedro pero es el mismo que un poco más allá se empieza a llamar Calle Calle, el famoso. Tomamos cerveza. Comemos queso. Hace un rato me comí un arándano de la planta por primera vez en mi vida. Vivir aquí es un lujo. Tiene mucha suerte Ilán.
Lo que me trae a Valdivia no es la buena onda, sino que el trabajo en el concepto visual de mi largo "Ilusiones Ópticas". Por eso estoy aquí con Seba, mi director de arte y la otra semana llega Inti, mi director de foto. Ha sido bueno lo que hemos hecho estos días. Visitar locaciones, conversar mucho, tomar fotos y ahora acabamos de ver una película (I Heart Huckabess, una peli hiper interesante cuyos temas se conectan de varias maneras con mi proyecto).
En tono de comedia melancólica, "Ilusiones Ópticas" es una historia que habla desde la artificialidad, en oposición a un cierto naturalismo que se ha puesto de moda y que me agrada mucho como espectador, pero que no es mi taza de té al dirigir, como se diría en Inglaterra. Parece que haremos algunos contraluces.







Las jornadas de trabajo han sido buenas, pero agotadoras, sobre todo porque nos bajamos desde el bus que venía de Santiago y luego visitamos locaciones por 10 horas. Ahora terminamos y estamos en la cena, pero luego vienen un par de pelis de referencia para discutir con Seba. Mis viejos se lamentan un poco, ya que últimamente he venido poco. Mi casa está un poco saturada de visitas familiares.

Aquí abajo los cocineros y el pelmazo con el computador en la mesa.

6.2.07

Al aire libre

Estuvieron buenos los documentales al aire libre que dieron frente al MAC la semana pasada. Bueno por las pelis y también por la instancia y la asistencia. Tanta gente que las dos veces hubo que partir viendo las pelis de pie hasta que algún asiento se desocupara.
La primera noche que fui vi el final de un documental con imágenes encontradas de Santiago, creo que de principios del XX. Se veía bonita y provinciana la ciudad. En algún momento hasta la misma fachada de la academia de bellas artes que ahora alberga al MAC salió en pantalla.
Luego vino un docu sobre Tellier en la Ligua que tenía varios aciertos en su búsqueda de nexos entre el poeta y la vida cotidiana que lo rodeó hasta antes de su muerte. Algunos buenos momentos provenían de personas de la calle que recitaban a Tellier o hablaban sobre lo poco y nada que habían escuchado de él. El momento más emocionante y por lejos fue una entrevista a dos viejos compinches de bar de Tellier. Uno de ellos hablaba con esos aparatitos para gente con cuerdas vocales hechas pedazos que dan una voz de robot. El tipo hablaba del respeto y el cariño que le tenía a un tipo con el cuál lo unico que lo unía era el vino. En un momento se emocionaba y decía: cómo no lo voy a echar de menos, si acá nos juntábamos a tomar todos los días durante 20 años. Eso es lo que llamo perseverancia. Siento que el director no supo el diamante que tenía en sus manos en ese momento, ya que la escena se perdía un poco entre mucha chimuchina menos valiosa. Lo peor: los momentos cursi, como los clips poéticos con música sentimental y tratamiento de imagen ídem. Con todo, un buen documental que se dejaba ver y que lograba enganchar al público que según creo no sólo le dio risa en varios momentos sino que además se emocionó.
"Rebotes", el plato de fondo, es un docu que mucha gente odió (las sillas se fueron quedando vacías), pero que a mí me encantó, más por su tema y su historia que por sus virtudes cinematográficas. Desde chico fui fan del básquetbol e incluso jugué en Phoenix y en Universidad Austral de Valdivia (varios que jugaron conmigo aparecían en la peli defendiendo los colores de Valdivia). Me encanta esa onda medio decadente que ha tomado el básqut con los años, lo que le da un toque romántico - a estas alturas casi al nivel del boxeo. El docu mostraba a dos jugadores norteamericanos, negros de dos metros, que llegaban a Chile como mercenarios de puerto en puerto, listos para jugar y mandar la plata a fin de mes por Western Union a sus proletarias familias en Estados Unidos. En fin, el backstage de una industria pobre como un circo pobre, del cual estos tipos son el centro del espectáculo. Uno de ellos era más dotado que el otro, pero los dos llevaban encima una melancolía gigante, que se volvía patética cuando cada uno sin tomarse demasiado en serio juraba que aún podía llegar a la NBA.
Me recordó mi niñez pidiendo autógrafos en Valdivia a jugadores como Garland, Masula, Viáfora, Latimore y, por supuesto, Hilton. Mi sorpresa es que Hilton todavía juega 20 años después a los 47 años. Debe ser el deportista profesional más viejo del mundo y juega en Puente Alto.
El docu pudo ser más corto y quizá eso explica la deserción del público. Pero por algo ganó un premio en FIDOCS. Los directores tuvieron paciencia y se metieron en el corazón de estos basquetbolistas, como buenos norteamercianos siempre dispuestos a performear frente a una cámara.
Me alargué un poco con la primera noche, así que seré más corto con la segunda. Vi "Los Prisioneros" de Galaz, un docu que muestra al trío de San Miguel en plenos 80, muy pendejos, grabando "Pateando Piedras" en un estudio ultra precario y haciendo declaraciones ácidas, pero bastante infantiles a la vez. Valor documental a mango.
De fondo vino "Welcome to New York". Ya había visto un adelanto en Viña, pero esa vez llegué tarde a la función. Me gusta este docu. Una versión suave de la actitud carnaza de los directores de ponerle la cámara en las narices a cualquiera sin preguntar, pero con una distancia mayor, lo que al menos a mí, me resultó más agradable de ver que "El Hombre Aparte" (no es que estuviera mal, pero sentías había cero cariño hacia el personaje y lo hacían mierda). Acá se mostraba la ciudad más que a algún personaje. Se dejaba entender una cosa artificial y vistosa. Además la peli estaba bien filmada, quizá sin mucha profundidad, pero con insinuaciones interesante y creo que eso ya es bastante pedir para dos recién llegados en una ciudad tan rara como ésa.
Un buen apronte ahora que me preparo para hacer mi primer documental.
 
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