Sueño
Mi cena resultó todo un éxito. Sobró mucha comida, porque de los 20 confirmados sólo 13 se presentaron. No hay remedio con la informalidad de la gente. Junto con la adrenalina de una noche como anfitrión, regresó el insomnio. A las ocho ya estaba harto de estar en mi cama con los ojos abiertos, así que me levanté a vagar por Santiago. Increíble como haber filmado en Santiago me ha reconciliado con la ciudad. No es que de pronto todo me parezca fantástico, pero sí ocurre que ahora miro Santiago con más cariño. Algo parecido al efecto de posar junto a otra persona para una foto. En mi época de sociólogo, haciendo mi tesis de master sobre la relación entre fotografía y poder, leí un artículo de psicología experimental en que se probaba que sólo el hecho de posar juntos para una foto aumentaba la afinidad interpersonal entre dos individuos. Si además, los sujetos miraban la foto en que aparecían juntos, la afinidad aumentaba aún más. Algo parecido me ha pasado con Santiago después de filmar aquí. Así de poderosas son las cámaras.
pato?